Pasar por alto en el día del juicio

 

 

Hace dos mil años se realizó la cena más importante de todas las cenas importantes que han existido; como la cena de un rey, la toma posesión un presidente, etc. Pero la cena más importante fue la misma noche en la que Jesús fue entregado para ser juzgado, golpeado, azotado y muerto para cumplir la salvación de nosotros.

 

Jesús dejó la Santa Cena como el último momento en la que compartió con sus discípulos.

 

1 Corintios 11:23-24 “Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; Y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed: esto es mi cuerpo que por vosotros es partido: haced esto en memoria de mí”

 

Jesús al momento de tomar el pan hizo una comparación con su cuerpo, explicándonos que al comer el pan que es su cuerpo seremos como él; en sus actitudes, en su manera de hablar, en su manera de pensar.

 

1 Corintios 11:25 “Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre: haced esto todas las veces que bebiereis, en memoria de mí”

 

Para Israel había un pacto que se estableció cuando ellos salieron de Egipto, al beber del vino en la celebración de la Santa Cena es el símbolo del nuevo pacto que se estableció cuando Jesús murió en la cruz y resucito.

 

Éxodo 12:3 “Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno un cordero por las familias de los padres, un cordero por familia:”

 

Éxodo 12:5 “El cordero será sin defecto, macho de un año: lo tomaréis de las ovejas ó de las cabras”

 

Juan 1:29 “El siguiente día vio Juan á Jesús que venía á él, y dice: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”

 

En Éxodo nos habla que Dios quería limpiarlos del pecado y librarlos de la mortandad de los primogénitos a causa de las plagas y en Juan nos relata que Dios por medio de su hijo unigénito somos limpiados del pecado por medio de la sangre de Jesús.

 

Éxodo 12:6 “Y habéis de guardarlo hasta el día catorce de este mes; y lo inmolará toda la congregación del pueblo de Israel entre las dos de la tarde”

 

Lo que Dios estaba haciendo con Israel de inmolar el cordero, era que permitiera pasara por alto el juicio que estaba a punto de ejecutarse en contra de Egipto que no dejaba libre al pueblo de Israel.

 

Dios va a ejecutar un juicio y todos compadeceremos en ese tribunal, pero si hemos aceptado a Jesús y hemos tomado su cuerpo, su sacrificio y su sangre entonces pasará por alto su juicio sobre nosotros. Así es como sucede el milagro de la salvación.

 

Mateo 27:46 “Y cerca de la hora de novena, Jesús clamó con grande voz, diciendo: Eli, Eli, ¿lama sabachtani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”

 

Una de las cosas que tenemos que comprender es que Dios había puesto su gloría sobre Jesús cuando andaba por la tierra por ejemplo: Cuando Jesús calmo la tormenta, cuando resucito a Lázaro que tenía cuatro días de muerto.  Dios no lo había desamparado hasta ese momento, para que Jesús pudiera morir Dios lo tuvo que desamparar, todo el amparo que Jesús tenía se le fue quitado y comenzó a sentir el dolor que tú y yo hemos experimentado cuando estaba a punto de morir. Así como todos en algún momento tenemos miedo de morir, Jesús también sintió miedo de morir, pero su muerte nos dio vida.

 

Éxodo 12:7 “Y tomarán de la sangre, y pondrán en dos postes y en el dintel de las casas en que lo han de comer”

 

Tomaban la sangre del cordero y la ponían en el marco de la puerta, esa era la señal para librar de la muerte a los hijos primogénitos.

 

Éxodo 12:8 “Y comerán la carne esa misma noche, asada al fuego, y la comerán con pan sin levadura y con hierbas amargas”

 

Aunque haya juicio sobre el país y sobre nosotros entonces pasará por alto si mostramos la sangre de Jesús y creemos en lo que Él hizo por nosotros en aquella cruz. Por medio de la fe recordamos con la Santa Cena el día de su muerte para redimirnos con Dios.

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