Durante toda mi vida, estuviste en mi corazón,
Por mucho tiempo, llamaste mi atención,
Ahora lo que necesito, es resignación,
Al saber que ya no volverás, a esta nación.
Escribir estos versos es increíble,
Fuiste un hombre muy responsable,
Cuando te observé sin vida, fue horrible,
Pero Jesús te perdonó, de nada eres culpable.
Si talvez en cierto momento quise fingir,
Con tanto dolor, no pude sonreír,
Ya que tu muerte mucho me logró herir,
Por un momento no supe a donde ir.
Desde que nací, cuidaste de mi alimentación,
Trabajaste duro, para darme buena educación,
Cuando actué con rebeldía, llamaste mi atención,
Cuando lo merecí, me golpeaste con tu cinturón.
Con todo eso, me formaste un campeón,
Y aunque muchas veces no tuviste la razón,
Como todo un hombre de mucha estatura,
Si dabas tu palabra, mantenías tu postura.
En estos dias, Dios me ha fortalecido,
Hoy solo tengo un padre, estoy convencido,
Que en toda mi vida, me ha bendecido,
Y su Santo Espíritu, me ha favorecido.
Con tus hermanos, hijos y nietos te divertiste,
Se que nos amaste, aunque quizá no lo dijiste,
Partiste de este mundo, sin siquiera despedirte,
Adiós papa, te doy un abrazo, un beso y te dejo irte.
Escrito por: José Luis Zepeda
en honor a su padre